Alta, muda y con patas largas

Autor: María Inés Falconi
Editorial: Quipu
Inventario: Hay existencias

$750

La jirafa es muda. No habla, no contesta, no dice ni mu (porque en ese caso sería una vaca, claro).

Nosotros lo sabemos, pero los animales de la selva no, y del más grande al más chiquito se burlan de ella. Por muda y por estirada. Aunque estirada sí que es, sobre todo, la parte del cuello. La jirafa es diferente y les da risa.

Hasta que un día pasa algo terrible, peligroso, catastrófico. Y la jirafa, que no habla, se tiene que hacer entender; y los animales, que se ríen, se tienen que dejar de reír para entenderle.
¿Se podrá hablar sin hablar?

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